¿Hay que poner límites a nuestros hijos? Este es un tema que ha resultado polémico en algunos grupos en este comienzo de esta primera edición de PRIMERAS LETRAS.
Si bien ya lo hemos comentado y vemos que hay opiniones para todos los gustos, en el weblog planteamos este tema como PRIMER FORO debate DEL WEBLOG de PRIMERAS LETRAS.
Te aportamos este documento de MIGUEL COSTA, Los límites en la educación infantil UNA NECESIDAD PARA EL APRENDIZAJE Y SOCIALIZACIÓN. para que lo leas y reflexiones y haciendo click en la parte de abajo en COMENTARIOS esperamos tus opiniones y cualquiera puede entrar y rebatir la opinion del otro o sumarse con nuevos argumentos. Como dicen en el Tribunal de las Aguas en Valencia "! Parle voste I calle voste !" Que traducido sería mas o menos HABLE USTED Y CALLE USTED.
LOS LIMITES DE LA EDUCACION
El por qué y para qué de los limites en la educación infantil
Establecer límites a los hijos y alumnos es una manera de demostrarles nuestra amor y preocupación. Con ello les distinguimos e indicamos que les estamos cuidando así como deseamos su seguridad. Los límites son como: · Las barandillas de un puente que nos proporcionan un sentimiento de seguridad y de control. · Las "señales de tráfico" o reguladores del comportamiento y nos enseñan también a actuar responsable-mente con los otros.
Cuando no existen limites o estos son muy blandos o inconsistentes
1. Existe el riesgo de que los niños desarrollen desajustes importantes en su comportamiento. Patterson y sus colegas en el Centro de Aprendizaje Social de Oregón observaron con gran detalle la conducta agresiva de los niños en casa y encontraron que sus familias diferían de las familias de niños normales, entre otros aspectos en los siguientes:
· Los padres de niños agresivos mostraron una falta de consistencia en la disciplina con sus hijos. · Aunque los padres usaron el castigo muy a menudo, este no fue efectivo porque no estuvo claramente aso-ciado con la trasgresión o porque, cuando el niño contraatacó, los padres finalmente le concedieron sus de-mandas. · Falta de supervisión o monitorización
2. Los niños ignoran o están en desacuerdo con las demandas de los padres y/o educadores 3. Los niños no se responsabilizan de su comportamiento 4. No se promueve la competencia social 5. El ambiente de aprendizaje y de socialización resulta impredecible y no es orientador y regulador.
¿A qué clase de limites nos referimos?
Cualquier limite establecido debería ser por la seguridad, bienestar y desarrollo del niño. Son límites orienta-dos a: · Proteger al niño del daño físico: mantener a un niño alejado de cualquier peligro o situación de alto riesgo para su integridad física. · Proteger a los niños y a otros del dalo psicológico: ayudarles a que aprendan como respetar los derechos, sentimientos e ideas de otros · Promover su aprendizaje y desarrollo: ayudarles a entender que debe haber un tiempo para jugar y otro para comer, descansar, estudiar,...
Limitar los límites
1. No hacer normas por hacer normas.- Demasiadas normas pueden abrumar y suscitar rechazo. Para ser efectivo, hemos de "poner limites a nuestras demandas excesivas de poner 'imites" y centrarnos solo en aquellas normas que creamos son importantes.
2. Centrarse en límites realmente importantes.- La siguiente guía de preguntas puede resultar de utilidad
· ¿Es esta norma realmente importante?. · ¿Refleja esta norma un valor importante o refleja mas bien un prejuicio o arbitrariedad?. Por ejemplo, ¿qué es más importante, el que insista en que mi hijo se coma todo lo del plato, vista determinadas ropas, o se asocie con una persona particular, o impedir que destruya el juguete de un amigo? · ¿Cuál será su reacción ante un limite excesivo o arbitrario?, ¿estaré en condiciones de manejar los conflictos derivados si mi hijo no hace caso de ese tipo de limites?.
Establecer límites razonables
1. Considera si tu hijo es capaz de hacer aquello que se espera de él. No es razonable, por ejemplo:
· Pedir a un niño que mantenga su cuarto limpio. · Esperar que un niño bullicioso de 10 años siempre recuerde sus modales a la hora de comer. · Prohibir a un niño mojar la cama durante la noche no es razonable a cualquier edad porque los niños no tienen control sobre sus esfínteres mientras duermen. · Negar a un niño el derecho a experimentar emociones tales como la irritación o cólera y miedo porque estos sentimientos son a menudo naturales, respuestas saludables a situaciones difíciles. · Un limite es razonable cuando tiene probabilidad de que los niños tengan éxito en su cumplimiento.
2. Poner limites no razonables puede tener efectos negativos
· Los niños, si confían en sus padres, pueden concluir que hay algo malo con ellos y desarrollan bajos niveles de autoestima. · Si llegan a ser conscientes de lo injusto de los limites, pueden perder el respeto a sus padres y llegar a ser desconfiados de la autoridad de todos los adultos. · Los niños pueden llegar a estar de un humor variable, depresivos e incluso irritados e insolentes
Cómo establecer límites
1. Ser claro y específico.- Los límites han de ser claros, específicos, sencillos y positivos. De esta manera se informa a los hijos lo que se espera de ellos y cuándo. Así por ejemplo, decir a tu hijo "después de comer, tira los restos de comida en el cubo de la basura, pon los platos sucios en el fregadero y quita el mantel", es pro-bable que sepa exactamente lo que se espera que haga. En cambio, decirle, limpia todo, es vago y no informa con tanta precisión.
2. Informar de las circunstancias en que se aplica cuando se establece un límite, el niño debería conocer claramente el momento en que se aplica y sus circunstancias. Por ejemplo, "Nunca juegues en la calle"; o "No tenemos suficiente dinero, por lo que no hay helado hoy"; "No vayas a casa de Billy a la hora de la cena. Ellos están muy ocupados".
3. Deben formularse de manera positiva. Deben informar de lo que hay que hacer en lugar de lo que no hay que hacer. Así por ejemplo, decir "cuando te sientes pon la espalda recta, erguida", en lugar de "no te sientes así encorvado". Cuando un niño llega a estar irritado y actúa destructivamente, los padres tienen probabilidad de pensar primero en los limites negativos: por ejemplo, No me hables de ese modo!!; ¡No hagas daño a tu her-mano!; ¡No tires las cosas!. Pero los niños también necesitan limites positivos para ayudarles a tratar con sus emociones. Al lado de los "no hagas..", un padre puede también decir, por ejemplo, "Cuando te enfades, dime cómo te sientes"; Esto muestra a un niño otro modo de manejar el enfado o irritación.
4. Ser firme.- Mostrarse amable pero firme es una buena manera de que nuestros hijos nos presten atención y sigan nuestras instrucciones:
· Sostenerle quieto por los hombros mientras le das las instrucciones. · Mirarle directo a los ojos. · Hablarle de una manera clara y con un tono de voz firme.
· Deja que su rostro parezca sereno mientras le habla. · Insistir en ser atendido y obedecido a una instrucción razonable.
5. Ser consistente. - Los límites deben hacerse cumplir de manera consistente es decir, deben cumplirse siempre que las circunstancias sean las mismas. No obstante, si estas cambian, los limites deberían ser revisados. Si los limites se aplican de manera inconsistente puede generar confusión en los niños. Así por ejemplo, si un día se le prohibe a un niño que utilice la navaja, al otro día se le permite hacerlo y otro día se le castiga por utilizarlas, el niño nunca sabrá lo que realmente se espera de él.
6. Incorpora a los niños en el establecimiento de limites.- De esta manera se tiene más probabilidad de ganar su cooperación en el seguimiento de normas al mismo tiempo que se les provee de experiencia y práctica en la toma de decisiones Así, y hablando con ellos acerca de los problemas y la importancia de los limites y normas como gulas del propio comportamiento, se facilita el desarrollo del autocontrol y autodirección.
Si los límites son ignorados
1. Un retiro de atención razonable
· No te des por enterado de las palabrotas, comentarios groseros y protestas · Ignora, siempre que sea posible, las rabietas, gritos, chillidos, y salte o márchate y deja a tu hijo sin una audiencia. Sigue con tus propios asuntos, por ejemplo, saca la aspiradora de tal modo que las rabietas del niño no puedan ser oídas. · Si realmente es importante que te obedezca, muéstrale a tu hijo lo que tu quieres decir con lo que dices; colócate firme sobre él y repite la instrucción con firmeza y alzando la voz (no chillando), y también con mirada penetrante.
2. Dar instrucciones y órdenes
· Dar órdenes breves y certeras · Dar una orden por tiempo · Usa órdenes que claramente especifiquen la conducta deseada · Se realista en tus expectativas y usa ordenes apropiadas a la edad · No use órdenes de "parar"; usa órdenes de "hacer" · Usa las órdenes de manera cortés · No des órdenes innecesarias · No atemorices a los niños · Usa órdenes "cuando-después" ("Cuando hayas ordenado, después puedes irte a jugar") · Da a los niños opciones siempre que sea posible · Da a los niños amplia oportunidad para cumplir · Elogia el acuerdo o seguimiento o provee de consecuencias por el no seguimiento · Da advertencias y recuerdos útiles · Apoya las órdenes de tu pareja · Haz un balance entre el control parental y el del niño · Alumno a la solución de problemas con tu hijo.
3. Examina tus limites. Pregúntate lo siguiente
· Son verdaderamente importantes? · ¿Son razonables y justos? · ¿Están suficientemente claras para que el niño las comprenda?. · ¿Informan al niño de lo que hay que hacer así como de lo que no hay que hacer? · ¿Los aplicas y haces cumplir de una manera consistente? · ¿Animas a tus hijos a establecer sus propios limites?
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